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Con los ojos y oídos en el bosque seco chiquitano

Con los ojos y oídos en el bosque seco chiquitano

Con los ojos y oídos en el bosque seco chiquitano

Estudios para la restauración y conservación que buscan entender la respuesta del bosque y la biodiversidad a los incendios forestales, se llevan a cabo por investigadores bolivianos coordinados y articulados por la FCBC en el Bosque Modelo Chiquitano, en alianza con el Museo de Historia Natural Noel Kempff Mercado.

El Bosque Seco Chiquitano compone una ecorregión de más de 24 millones de hectáreas, entre Brasil, Bolivia y Paraguay, siendo Bolivia donde se concentra su mayor extensión. Amenazado por la deforestación, actividades productivas insostenibles, incendios y asentamientos no planificados, ha sido catalogado como prioridad su conservación por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Para profundizar en el conocimiento y valor del bosque chiquitano y la importancia de su conservación, la FCBC junto con el Museo de Historia Natural Noel Kempff Mercado, con apoyo del gobierno de Canadá, está realizando una serie de estudios que en conjunto nos ayude a comprender como responde el bosque y la biodiversidad a eventos como los incendios forestales.  Indagaciones que van desde la exploración del dosel hasta las intimidades de la polinización, la dispersión de semillas o los paisajes sonoros, son entre otras, algunas de las aproximaciones por medio de las cuales buscamos que el bosque nos cuente su versión de los hechos.

La vida en el dosel

Son las 7 de la mañana, y en medio de la copa de los árboles, algo se vislumbra. Las actividades comienzan para el equipo del biólogo Luis Acosta. Su investigación, que comienza a realizarse en el Centro de Estudios del Bosque Seco Tropical Alta Vista (CEBST), busca sentar las bases para el conocimiento de la biodiversidad del dosel a través de fototrampeo y así describir la biodiversidad asociada a este estrato inexplorado pdel Bosque Seco Chiquitano.

Nicolás Malpartida, investigador auxiliar, asciende a instalar una de las cámaras en el CEBST Alta Vista.

Normalmente, el fototrampeo, que consiste en colocar cámaras con un sensor que dispara al registrarse movimiento, se realiza a nivel del suelo en espacios determinados. En este caso, mediante equipos de escalada, los investigadores deben ascender un árbol con determinadas características, instalan una cámara y luego descienden. Todo esto ocurre a 15 o 20 metros de altura.

“La actividad de la fauna en el dosel es desconocida. Podremos aportar de manera significativa al conocimiento de la biodiversidad del dosel en el Bosque Seco Chiquitano”.

Luis Acosta (Mastozoólogo).

Las cámaras funcionarán las 24 horas del día por un periodo de 2 meses, esperándose que registren información sobre un estrato del bosque casi desconocido.

Polinizadores, visitantes florales y regeneración

Comprender el rol y momentos en que se logra la polinización es un proceso que requiere paciencia y una perspectiva diferente, por ello, un equipo de investigadoras monitorea y evalúa el rol de polinizadores (abejas, mariposas y otros insectos) y las condiciones que requiere la vegetación para ser polinizada. En pocas palabras, entender la contribución de insectos polinizadores y visitantes florales a la regeneración natural del bosque.

Alexandría Saravia (derecha), junto a la auxiliar Celia Carrillo, revisando la floración a tempranas horas de la mañana y tomando muestras para su análisis.

Antes de que salga el sol, las investigadoras recorren parcelas de muestreo, para identificar a qué hora y qué polinizadores visitan las flores de distintas especies. Es un trabajo del amanecer hasta el atardecer, donde se realizan colectas científicas, tanto de polinizadores como de flores que fueron visitadas para establecer si realmente la polinización se está llevando a cabo.

“Estos datos harán hincapié sobre el proceso de restauración que conducirá a la recuperación de los polinizadores silvestres.

Alexandría Saravia (Entomóloga).

Además, el estudio busca evaluar la respuesta de polinizadores y visitantes florales, especialmente insectos, en zonas perturbadas por los incendios y que están en proceso de regeneración natural.

Izq. Rosario Arispe, coordinadora de las investigaciones, colabora con la instalación de una cámara para monitorear la actividad nocturna de polinizadores. Der. Vista de una lupa estereoscópica: flor colectada y teñida para distinguir los granos de polen germinados.

Explorando “paisajes sonoros”

Identificación de sitios potenciales donde colocar los grabadores bioacústicos en el Centro de Estudios del Bosque Seco Tropical Alta Vista.

¿Qué suena en el bosque? ¿a qué hora? ¿Quiénes se mueven? ¿cómo se comunican? Son algunas de las preguntas que buscan ser respondidas a través de registros bioacústicos, con los cuales se logra captar un conjunto de sonidos a identificar y que se asemeja a un “paisaje sonoro”, Por medio del registro de diferentes “paisajes”, se busca comprender las relaciones que existen en el bosque, es decir, la interacción de fauna silvestre (aves, anfibios, mamíferos e insectos), en áreas de bosque quemado, no quemado y de actividad ganadera.

Kathrin Barboza, configurando los grabadores bioacústicos con la auxiliar de investigación Dulce García.

Los grabadores se instalan en sitios clave, que a distintos intervalos realizarán registros sonoros de la actividad de fauna y humana (si es que la hay). Además, grabará sonidos imperceptibles por el oído humado, como el ultrasonido, permitiendo registrar el lenguaje en que se comunican animales como los murciélagos, cuyos patrones sonoros pueden indicar la especie que está emitiendo el sonido en cuestión.

Esta investigación, aplicada por primera vez en Bolivia, busca aportar un catálogo de sonidos del bosque que se asemeja a  paisajes sonoros desde el punto de vista ecológico en el país.

“…buscamos describir la biodiversidad y la comunidad dinámica de especies vocales en los ecosistemas, considerando que éstos pueden estar impactados ya sea por amenazas inmediatas como la tala, expansión agrícola o actividades extractivas (minería, petróleo, gas natural, etc.), así como afectadas por el cambio climático.”

Kathrin Barboza (Mastozoóloga)

 

Polinización y dispersión de semillas por murciélagos

Para aprender sobre la polinización y la dispersión de semillas, José Luis Poma ha enfocado su investigación en murciélagos. Instalando redes en sitios clave de bosque quemado y no quemado, busca identificar las especies de murciélagos presentes en los sitios y su valor para la restauración natural del bosque. Y es que un murciélago frugívoro, logra dispersar más de 100 semillas en una noche, convirtiéndose en uno de los mayores “dispersores” del bosque.

José Luis Poma, en horas de la madrugada revisando los murciélagos capturados cerca de un cuerpo de agua en el CEBST Alta Vista.

 

Los murciélagos, además, polinizan las flores, y por ello, se tomarán muestras de polen para determinar qué especies dependen de estos mamíferos  alados nocturnos. Los resultados de este trabajo podrán ayudar a comprender y reconocer el valor de los murciélagos en el proceso de regeneración natural del bosque chiquitano. 

“La diversidad de los murciélagos es una de las cosas más fascinantes, y cumplen un rol muy importante polinizando, controlando plagas y dispersando semillas. El número de especies crece cada año y nos permite conocer cuánto estamos conservando”.

José Luis Poma (Mastozoólogo).

 

Procesos de regeneración natural en el bosque

Bonifacio Mostacedo, durante su evaluación en parcelas del bosque chiquitano.

Con parcelas establecidas y un seguimiento en distintas condiciones, el equipo del Dr. Bonifacio Mostacedo realiza mediciones de cuanto tiempo y en qué condiciones vuelve a crecer el bosque. Bajo el concepto de que el bosque puede regenerarse solo, Mostacedo viene midiendo la altura y estado de plantines forestales en sitios de bosque quemado y no quemado, con o sin asistencia humana (limpieza de malezas y lianas) y así poder determinar las condiciones ideales que necesita una zona afectada para recuperarse.

No es una tarea fácil, la vegetación crece cada año y con mucho cuidado su equipo encuentra las placas de marcación de los plantines, para medirlos y registrar los cambios. Algunos han sobrevivido sin problemas, otros evidencian adaptaciones fascinantes a los incendios forestales, registran daños por insectos o herbívoros, y otros simplemente, ya no están.

El proceso de medición requiere llevar planillas de registro de cada plantín en las parcelas de monitoreo.

Esta investigación podrá establecer metodologías para evaluar la restauración, estableciendo si realmente es necesario reforestar ciertas áreas, hace algún tipo de manejo silvicultural o simplemente dejar que la regeneración natural haga su trabajo.

“La meta es que año a año se pueda evaluar y ver qué es lo que realmente está pasando en el bosque”.

Bonifacio Mostacedo (Ecólogo, botánico).

Diagnósticos, evaluaciones y censos

Marisol Toledo y su equipo registrando y midiendo especies frutales en el CEBST Alta Vista

Además de los estudios mencionados, se está realizando un diagnóstico de especies frutales importantes para la fauna silvestre, liderado por Marisol Toledo, para evaluar el estado poblacional de al menos seis especies frutales consumidas por mamíferos, y poder obtener información útil para la conservación de la fauna silvestre del Bosque Seco Chiquitano, esto, complementado por monitoreos fenológicos, que al final determinen  por un lado  su abundancia y por otro, el rol que cumplen los mamíferos en la dispersión de estas especies.

Vinculado con dichos temas, la ornitóloga Betty Flores y su equipo, realiza un censo de aves en cortinas rompevientos en zonas productivas ganaderas, con la finalidad de comprender el valor e importancia para las aves de estos sitios, y conocer mejor como las aves utilizan las cortinas como corredor, refugio, sitios de forrajeo (alimentación)  o anidamiento.

Zona de potreros con cortinas rompeviento bajo monitoreo en el CEBST Alta Vista.

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Estos estudios, realizados por investigadores bolivianos en equipos multidisciplinarios, contribuirán significativamente a conocer más sobre el impacto de las actividades humanas sobre el bosque seco tropical, la relación de la fauna y flora con las actividades productivas, y los esfuerzos que deberán realizarse en procesos de restauración y conservación de un bosque seco tropical llamado: Chiquitano.

Fotografías y texto: Claudia Belaunde. Fotografías adicionales: Rosario Arispe, Kathrin Barboza.

ENTREGA DE DONACIÓN Y EQUIPAMIENTO AL ANMI SAN MATÍAS CON RECURSOS RECAUDADOS POR LA PLATAFORMA PIENSA VERDE BOLIVIA

ENTREGA DE DONACIÓN Y EQUIPAMIENTO AL ANMI SAN MATÍAS CON RECURSOS RECAUDADOS POR LA PLATAFORMA PIENSA VERDE BOLIVIA

El cuerpo de protección del ANMI San Matías recibió la donación de lo recaudado en el evento Alfombra Verde Respira en el campamento Santo Corazón.

Por: Claudia Belaunde/FCBC

Es una lucha titánica las que llevan a cabo los guardaparques y bomberos comunitarios del Área Natural de Manejo Integrado San Matías. Los incendios forestales, comenzaron en junio del 2021, y hasta el momento ya consumieron un 26% de la superficie total del área protegida, alcanzando una extensión de más de 741 980 (setecientos cuarenta y un mil novecientos ochenta) hectáreas afectadas, cicatrices de fuego que superan los registros de 2019 y 2020, afirma el Observatorio del Bosque Seco Chiquitano.

Ante este desafiante escenario, es que la plataforma Piensa Verde, conformada por instituciones y empresas privadas, decidió mediante su comité técnico conformado por la Fundación para la Conservación del Bosque Chiquitano (FCBC), la Fundación Amigos de la Naturaleza (FAN) y Conservation Strategy Fund (CFS), destinar el total recaudado, Bs. 203.191 a la compra de equipamiento, víveres, combustible, la reparación de 2 vehículos y herramientas para que los guardaparques y bomberos comunales puedan continuar su labor.

El transporte de la donación fue todo un desafío, Santo Corazón, comunidad que es puerta de ingreso al ANMI se encuentra a 120 kilómetros de Roboré, se debe transitar un camino duro que cruza la serranía de Sunsás hasta llegar al río Santo Corazón, la única fuente de agua actualmente para las comunidades que sienten cada vez más la sequía y los efectos del cambio climático.

Cuerpo de protección del ANMI San Matías recibiendo el camión con donaciones y equipamiento en el campamento Santo Corazón.

Se entregaron botas, guantes, equipo de protección (casco, gafas) linternas de cabeza, herramientas (rastrillo, pala, mochilas, machetes), motosierra, desbrozadoras, cortaplumas, dron para la realización de sobrevuelos y así poder realizar acciones seguras y precisas, equipos de comunicación, mochilas camelback, kits de primeros auxilios, cocinas móviles y víveres. Además, 2 kits de ataque rápido, que constan de un remolque con tanque de 1000 litros, manguera y pistola de alta presión acoplable a vehículo y combustible para apoyar la movilización.

Danner Flores, jefe de la unidad de protección del ANMI San Matías, sin poder contener la alegría, aseguro que “es primera vez que una lista de requerimientos que enviamos nos llega en su totalidad”. Él, junto a los demás guardaparques, siente que este apoyo inyecta nuevamente energía en sus cuerpos para continuar la defensa del área protegida y las comunidades.

Además de los guardaparques, la brigada de bomberos comunitarios de Santo Corazón se benefició de la donación. Para ellos, esto los convierte en un brazo operativo oficial de defensa y acción ante los incendios que tienen en zozobra a Santo Corazón y al resto del departamento.

Un bombero de la brigada comunitaria de Santiago de Chiquitos trabaja controlando un incendio a 8 kilómetros de Santo Corazón. Foto: Claudia Belaunde

Alrededor de 60 personas se encuentran trabajando actualmente en los incendios de ese sector, bomberos forestales del Gobierno Autónomo departamental de Santa Cruz, un contingente del regimiento Vergara, una brigada de bomberos comunitarios de Santiago de Chiquitos y bomberos voluntarios. La movilización, alimentación, reabastecimiento de agua y alojamiento demanda mucha logística. Con las donaciones entregadas, la lucha contra el fuego podrá realizarse de forma más segura y sostenida.

La Plataforma Piensa Verde está conformada por seis ONGs medioambientales: Conservation Strategy Fund (CSF), Conservación Internacional Boivia (CI), Wildlife Conservation Society (WCS), Fundación para la Conservación del Bosque Chiquitano (FCBC), la Asociación Boliviana para la Investigación y Conservación de Ecosistemas Andino-Amazónicos (ACEAA) y la Fundación Amigos de la Naturaleza (FAN), junto a ocho instituciones del sector privado que son: Laboratorios Bagó de Bolivia S.A., el Banco de Crédito de Bolivia BCP, Farmacias Chávez, Servicios Ambientales S.A., la Fundación VIVA, SPK y MedLab, Paseo Aranjuez y Quantum Motors S.A; y la Embajada Británica como parte de la Cooperación Internacional.

2 de octubre de 2021