width: 100%;

Nokümonish

Un homenaje a la almendra chiquitana

Una cena dedicada a revalorizar y potenciar el consumo de la almendra chiquitana recolectada y producida por asociaciones de mujeres, fue llevada a cabo por grandes cocineros de Santa Cruz, quienes a través de un menú innovador, transportaron a los comensales en una cena de 6 pasos, demostrando el sabor y potencial que tiene este fruto del Bosque Chiquitano.

Un viaje de intercambio de conocimiento junto al equipo de Productos Forestales No Maderables de la FCBC, resultó inspirando a los cocineros Jaime Barbas (Sacha Huaska), Emilia Tapia (Almacén 1923) y Ricardo Cortez (cocinero independiente), para elaborar platos y cocteles en base a la almendra chiquitana. Tras visitar las comunidades de Santa Martha (San Ignacio de Velasco) y Palmarito de la Frontera (Concepción), decidieron unirse y promover a la almendra chiquitana para potenciar el consumo local. La almendra chiquitana, Dipteryx alata, es un fruto nativo del Bosque Chiquitano, de temporada, mayormente recolectado por mujeres de comunidades indígenas chiquitanas, con alto valor nutricional y genera una significativa economía para las comunidades.

Los cocineros probaron la sopa de almendra, intercambiaron conocimiento con las comunidades y participaron del proceso de recolección y quebrado.

La almendra chiquitana, que en 2004 comenzó, a través del apoyo de FCBC, a aprovecharse como un producto forestal no maderable, ha escalado sus niveles de recolección e involucramiento. Datos recopilados por Javier Coimbra, responsable de la Unidad de Sustentabilidad de la FCBC, reflejan cómo este fruto, desconocido y poco aprovechado hace 2 décadas, con un correcto acompañamiento técnico y promocional institucional, pasó de la cosecha de una tonelada al año, a 20 toneladas actualmente, siendo la especie nativa más plantada en la historia de la Chiquitania. La almendra chiquitana, es destinada casi en su totalidad al mercado de exportación, haciendo que prácticamente no esté disponible para el mercado local o nacional.

Almendra chiquitana recogida y tostada por la Asociación de Mujeres Emprendedoras «Buscando nuevos horizontes»  en la comunidad de Palmarito de la Frontera. 

La cena, denominada Nokümonish, nombre en bésiro para la almendra chiquitana, contó con un menú de 6 pasos, acompañados de cocteles en base a almendra. Cada plato incluyó a la almendra en alguna forma, siempre destacando su aporte en sabor, textura o aroma, convirtiéndose en un viaje por el bosque chiquitano. Su objetivo fue más allá que la revalorización del producto, ya que los cocineros decidieron donar lo recaudado en la cena a asociaciones de mujeres que usan este fruto y así fortalecer estos centros y las capacidades de las mujeres que las conforman.

En este espacio, también participaron representantes de la Asociación de Mujeres Emprendedoras de Santa Martha, quienes expusieron el valor que tiene la almendra para su comunidad, el impacto en la economía familiar, el potencial que buscan desarrollar con el procesamiento y la prioridad de conservación de espacios naturales, ya que al ser un fruto silvestre, está amenazado, al igual que el Bosque Chiquitano, por la deforestación, incendios forestales y cambio de uso del suelo.