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Biodiversidad y recuperación natural en el Bosque Seco Chiquitano

La biodiversidad como un componente central en los procesos de recuperación natural, es uno de los ámbitos que se está explorando y tratando de entender en el Bosque Seco Chiquitano.

El incremento en la magnitud, recurrencia y severidad de los incendios forestales en la última década, abren nuevos escenarios y retos no solo para la gestión y manejo de este tipo de eventos (Castellnou, 2010) sino para la conservación biológica. Según Castellnou (2018), los incendios forestales están evolucionando y son cada vez más intensos e incontrolables para los medios de extinción conocidos. Los grandes incendios han generado consecuencias sociales, económicas y ambientales hasta ahora desconocidas, como se ha observado en los incendios de Canadá (2016), Portugal, Italia, Francia, España, Chile (2017), California (2017, 2018) y Grecia (2018).

El 2019, el Bosque Seco Chiquitano y el Chaco de Bolivia han sido el epicentro de los megaincendios más rápidos e intensos del planeta comparados con otros en el mundo (Castellnou, 2019; Maillard et al. 2020). Luego de dichos eventos, la Fundación para la Conservación del Bosque Chiquitano (FCBC) articuló un proceso de indagación en distintos ámbitos, entre ellos, el impacto de estos eventos de fuego en la biodiversidad y la respuesta del sistema natural a los mismos.

En ese contexto, este año se realizó la segunda fase del proyecto “Bases del conocimiento para la restauración” financiado por el gobierno de Canadá e implementado conjuntamente por la FCBC y el Museo de Historia Natural Noel Kempff Mercado de Santa Cruz, Bolivia; a través del Bosque Modelo Chiquitano (Chiquitania Sostenible). En esta segunda fase, una de las actividades principales que se realizó fue identificar especies que juegan un papel importante en la recuperación natural del bosque y sobre las que habría que priorizar acciones de conservación. En general, estas especies no serían notables por su rareza o apariencia llamativa, sino por su “función” en la recuperación natural del sistema.

Las especies de aves frugívoras registradas fueron: Penelope superciliaris, Crypturellus undulatus y Crypturellus soui, que forrajean en el sotobosque; mientras que, Pyrrhura molinae, Patagioenas speciosa, Turdus hauxwelli, Gymnoderus foetidus y Cacicus cela trabajan por el dosel. Son frugívoros también abundantes Lipaugus vociferans, Ramphocelus carbo, Brotogeris cyanoptera, Cyanoloxia cyanoides y Cacicus cela presentes en sitios quemados. Hacia zonas de transición entre Bosque Chiquitano y Chaco, frugívoras como Thectocercus acuticaudatus y Amazona aestiva cobran relevancia en términos de recuperación natural.

Cyanoloxia cyanoides especie frugívora en áreas de transición entre el Bosque Seco Chiquitano y Amazonia. Foto: Miguel Aponte

Aves nectarívoras constituyen el otro gremio destacable en procesos de polinización y aquí cabe destacar especies como Chionomesa fimbriata registrada en ambientes con incidencia de fuego, así como Phaetornis subochraceus e Hylocharis chrysura. En sectores de transición a bosque amazónico, Thalurania furcata tuvo una presencia destacable mientras que, en sectores con influencia de Cerrado, se registraron aves nectarívoras como Coereba flaveola, Polytmus guainumbi, Thalurania furcata, Chlorostilbon lucidus y Heliactin bilophus. En ambientes de transición a Chaco o Chaco propiamente, se destacan nectarívoras como Chrysolampis mosquitus, Thalurania furcata, Hylocharis chrysura y Chlorostilbon lucidus.

 

Entre los mamíferos voladores, se ha registrado que el murciélago frugívoro Platyrrhinus lineatus, dispersa más de 400 semillas en una noche, pero Carollia, por sus hábitos, dispersa una mayor diversidad de semillas (n=4) que Platyrrhinus. El paso siguiente de la indagación será determinar según condiciones, los índices de éxito en la germinación, etc.

Murciélagos nectarívoros del género Glossophaga han sido capturados con polen en la cabeza, evidenciando polinización activa. Otros agentes polinizadores como las abejas evidencian una respuesta diferenciada a los incendios:

Scaura sp., Partamona sp. y Trigona chanchamayoensis (altamente sensibles), Augochlorini y Apis mellifera (oportunistas), Plebeia alvarengai, Tetrágona clavipens, Trigona sp. y Trigonisca intermedia (cierto grado de adaptación al fuego).

Carollia perspicillata, murciélago frugívoro importante en procesos de dispersión de semillas.

En los sitios que fueron afectados en grado de máxima severidad, la densidad de floración afectó la conducta de forrajeo de las abejas nativas, así como su presencia y desplazamiento.

El ensamble de abejas, compuesta por abejas nativas y solitarias fue dominada por Tetragonisca angustula y T. fiebrigi. Esta tendencia podría ser un resultado de una nueva composición de abejas después del incendio y donde especies oportunistas como Apis mellifera llegan a dominar, esta especie de hábitos generalistas podría repercutir en la reproducción de abejas ya que promueve la formación de semillas de especies exóticas y reduce la polinización de plantas nativas, tema que amerita indagaciones más específicas.

Tetragona clavipes, conocida como Bora, es una abeja nativa que constituye parte del grupo de agentes polinizadores que según lo que vamos aprendiendo, actúan de manera diferenciada ante eventos como los incendios forestales. Foto: FCBC

Las especies no tienen un “gen de la restauración” que codifique el sentido o dirección de la recuperación natural hacia el estado original de un ecosistema, los resultados preliminares muestran que sin duda luego de un incendio hay una respuesta positiva de la biodiversidad (con sus respectivas variantes), pero es una respuesta diferenciada según la composición, el comportamiento del clima, la intervención humana, el tipo de bosque, la severidad, frecuencia previa de los incendios forestales, y otros. La configuración de cada uno de estos criterios orientará la dirección de los procesos de recuperación hacia un estado próximo al original o no, y es que el oportunismo es una de las fuerzas en la biodiversidad a no perder de vista, más aún en escenarios de eventos extremos.

Literatura

CASTELLNOU, M.; LARRAÑAGA, A.; MIRALLES, M. & MOLINA, D. 2010. “Escenarios de incendios forestales: aprender de la experiencia”. En: Hacia la gestión integrada de incendios, Nº 23, pp. 121-133.

CASTELLNOU, M. 2018. “Los incendios de sexta generación son más difíciles de controlar y afectan a medio planeta”. En: La Vanguardia, la actualidad del medio ambiente, 17 de agosto de 2018.

CASTELLNOU, M, L. ALFARO, M. MIRALLES, D. MONTOYA, B. RUIZ, T. ARTES, L. BESOLD, J. BRULL, F. RAMIREZ, M.A. BOTELLA, F. MARTINS, M. BACHSFICHER, J. VENDRELL, M. A. BOTELLA & S. PURDY. 2019. Field journal: Bolivia. learning to fight a new kind of fire. In: Wildfire, 28:5 (26-34).

MAILLARD, O., AZURDUY, H., BACHFISCHER, M., CASTELLNOU, M., CORONADO, R., ANGULO, S., & FLORES, R. 2020. Aportes a la evaluación de severidad de quemas en la Chiquitania. Incendios 2019: integrando tres estudios de caso, Alta vista, Laguna Marfil y Ñembi Guasu. FCBC, Santa Cruz, Bolivia, 50 pp. https://www.fcbc.org.bo/documentos/

24 de mayo de 2022