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Pautas para orientar la restauración de áreas quemadas

Pautas para orientar la restauración de áreas quemadas

Con este documento se pretende dar pautas generales para que el público preocupado por los daños causados por los incendios pueda tener una idea más clara acerca de lo que implica la restauración de áreas quemadas, y orientar la toma de decisiones para emprender eventuales acciones. No pretende ser un manual de restauración.

Ante la restauración se abren dos caminos principales: la regeneración natural o pasiva, y la restauración asistida o activa.  La elección del camino depende de los objetivos que se buscan y los medios con que se cuentan.

REGENERACIÓN NATURAL

Consiste en aprovechar los mecanismos que tiene la propia naturaleza para restablecer las funciones e interrelaciones vivientes en los ecosistemas que han sido alterados.

Normalmente existe un stock de semillas con resistencia al fuego presente en las capas superficiales del suelo.  Con la primera lluvia comenzarán a germinar y darán inicio al mecanismo de sucesión.  En esto puede influir la intensidad que tuvo el fuego.

También la regeneración natural aprovecha las especies que no mueren con el fuego, como las palmeras.  Algunos árboles retoñan de las raíces, otras plantas tienen tallos subterráneos y el fuego sólo daña las ramas externas, etc.

La sucesión consiste en el desarrollo gradual de sucesivas generaciones de plantas que se benefician de las condiciones creadas por las generaciones anteriores, las pioneras, que son las plantas más rústicas y resistentes, y que establecen la primera cobertura del suelo, mantienen la humedad del suelo y lo protegen del sol y el viento. Con el tiempo se van dando las condiciones para el desarrollo de arbustos y árboles que necesitan condiciones más protegidas.

En este mecanismo crecerán las especies cuyas semillas están presentes en el lugar, o que puedan llegar transportadas por el viento y los animales.

En algunos casos puede ser necesario aislar del ganado el área.

Este sistema es el más barato, pero también el más lento. Si no hay nuevos disturbios graves, con el tiempo logrará restablecerse un bosque.

REGENERACIÓN ASISTIDA

También se llama regeneración activa. Es el método en que de manera artificial se introducen especies con fines determinados, que puede ser acelerar la protección de laderas o fuentes de agua, o asegurar la producción de algunos bienes, como forraje, frutas, materiales para artesanía, especies melíferas, madera futura, etc.

Existen diversos niveles de intervención:  puede ser la introducción de semillas, o estacas que retoñan, o trasplantes o plantas producidas en vivero. Hay que tomar en cuenta que a mayor nivel de intervención habrá mayores costos.  Más allá del costo inicial de plantación, el desafío está en que las plantas introducidas resistan la competencia con la regeneración natural. Sin un plan de manejo y control durante al menos dos años, probablemente la inversión será perdida.

En el enriquecimiento con semillas los resultados son inciertos, la germinación puede ser baja, y cuando nacen compiten con las plantas de regeneración natural, que usualmente tienen un desarrollo más competitivo.  Este método requiere mucha pericia.

La plantación de estacas vivas que retoñan ofrece una mejor relación costo/resultado.  Suelen ser estacas de un metro o más que en cuanto retoñan tiene altas probabilidades de supervivencia y bajo costo de mantenimiento. Pero no hay muchas especies que retoñen de estacas. Algunas de ellas son los gallitos (Erytrhinassp) y los bibosis (Ficussp)

La plantación de plantines es la forma de intervención más costosa y con más riesgos.  Existen algunas claves para incrementar el éxito: por ejemplo la preparación del suelo donde se colocará cada planta. Si el suelo tiene buenos nutrientes habrá un rápido desarrollo. Igualmente si el suelo es muy duro o muy arenoso debe corregirse.  Otra medida que reduce mucho los riesgos es incorporar hidrogel al suelo para retener la humedad.  También es fundamental limpiar un metro alrededor de la planta, limpieza que debe repetirse al menos dos veces al año, de otro modo la planta puede morir ahogada. Es recomendable colocar una estaca de 1,5 m para ubicar la planta después que crezca la maleza.

La plantación debe realizarse al inicio de la época de lluvias para asegurar toda una temporada con humedad que permita la consolidación de la planta.  Plantaciones tardías son de alto riesgo.

Para elegir las especies que serán plantadas debe asegurarse que crecen naturalmente en la zona.  De otro modo el riesgo de que no se desarrollen es muy alto.

Debido a los desafíos que presenta la restauración asistida, sólo se recomienda en lugares donde es prioritario asegurar y/o acelerar un resultado determinado, como por ejemplo proteger una fuente de agua importante para una población, o evitar la erosión de una ladera con pendiente fuerte sobre un camino, o un área verde con fines múltiples en torno a una comunidad, etc.

CONCLUSIÓN

En términos de costo/efectividad, la primera opción será siempre la regeneración natural.

En sitios donde la regeneración natural será muy lenta o con posibilidades reducidas, la restauración asistida debe encararse con solvencia técnica y criterios ecológicos adecuados.  La reforestación es uno de los mecanismos de restauración asistida.

Declaración del Comité Sudamericano de la UICN respecto a la crisis de incendios en múltiples ecosistemas naturales Sudamericanos

Declaración del Comité Sudamericano de la UICN respecto a la crisis de incendios en múltiples ecosistemas naturales Sudamericanos

Desde el Comité Sudamericano de la UICN expresamos preocupación y alarma por los extensos y agresivos incendios en los ecosistemas naturales de la Amazonía, los bosques secos tropicales y subtropicales, el Cerrado, el Pantanal, el Chaco y el Páramo Andino que están devastando millones de hectáreas de bosques y pastizales.

Ante esta apremiante situación hacemos un llamado a:

– La comunidad internacional, los gobiernos, los mercados y la sociedad en general, para que asuma los límites biofísicos del planeta ante el crecimiento y el modo de desarrollo imperante que promueve la desigualdad social y un uso insostenible de los recursos naturales, poniendo en riesgo la supervivencia de las sociedades humanas y el mundo como lo conocemos ahora;

– Las comunidades y la sociedad civil, a promover un urgente cambio de paradigma que asuma el valor intrínseco de la naturaleza y la considere el mayor patrimonio para las generaciones actuales y futuras, garantizando los servicios ecosistémicos y las capacidades de adaptación al cambio climático;

– Los gobiernos de todo el continente sudamericano, a que prioricen la conservación del patrimonio natural de los países, respeten a sus pueblos, descarten actividades

económicas insostenibles, que impulsan la deforestación y las quemas, y promuevan políticas y normativas para el uso sostenible del territorio, de acuerdo con su capacidad, respetando los valores naturales, las áreas protegidas y la biodiversidad.

Declaramos que:

1. Las consecuencias generadas por los incendios en la región vulneran los derechos de la sociedad a un ambiente sano, afectando la salud y la calidad de vida de la población urbana y rural Las finas partículas generadas por el humo de los incendios impactan en la salud de la población y de la fauna, causando afecciones oculares, cardíacas y respiratorias, así como las migraciones animales pueden expandir enfermedades y en particular algunas zoonosis.

2. La pérdida de vegetación natural en áreas protegidas y territorios indígenas conduce a la destrucción y degradación de la biodiversidad y pérdida de los servicios ecosistémicos, afecta las fuentes de agua, impulsa procesos de erosión y desertificación y vulnera nuestra capacidad de avanzar hacia una adaptación basada en ecosistemas.

3. Los incendios de bosques amazónicos, secos tropicales y subtropicales, sabanas y páramos andinos, están contribuyendo a las emisiones de gases de efecto invernadero responsables del cambio climático impactando a nivel global, regional y local; perturbando el ciclo de los nutrientes y el ciclo hidrológico, afectando la fertilidad del suelo y las condiciones climáticas, como las precipitaciones, vitales para la producción agropecuaria y la seguridad alimentaria.

4. Las comunidades indígenas y locales, la comunidad científica y las organizaciones ambientalistas son aliados clave en los procesos participativos de gestión de riesgos basados en ecosistemas, tanto en la prevención, el análisis de los daños y pérdidas y en la recuperación de la biodiversidad (ecosistemas, especies) y de las comunidades afectadas.

5. Nos adherimos y solidarizamos con los manifiestos y declaraciones de las comunidades científicas, ambientalistas y sociales que realizan llamados de acción urgente para atender el estado de emergencia y promover la recuperación de los ecosistemas dañados y de las comunidades afectadas.

Hacemos un llamado a los Estados:

1. Sobre los incendios en los ecosistemas naturales.

  • Para priorizar la atención al combate de los incendios y sus consecuencias, solicitando y aceptando la ayuda internacional para lograrlo en el más corto plazo.
  • No tomar una postura político-partidaria en el análisis de las causas y consecuencias de esta crisis de incendios. Las reacciones y medidas para abordar esta problemática deben basarse en la mejor evidencia científica disponible.

2. Sobre la gestión de las áreas devastadas por los incendios.

  • Detener la venta y asignación de uso de terrenos en las regiones afectadas por los incendios, de tal modo de evaluar de manera objetiva, técnica y legal el impacto producido.
  • Asegurar que en estas regiones no se habilitará el cambio de su uso original, permitiendo la recuperación, e invitando a la comunidad ambientalista y académica a acompañar su restauración con metas claras y verificables, con pautas que eviten la utilización de las tierras afectadas por los incendios para la agricultura, ganadería y colonización, e involucrando a las comunidades locales.
  • Establecer un programa internacional e interinstitucional regional que involucre a las comunidades locales y contemple la generación de conocimiento y la evaluación de daños y pérdidas como consecuencias de los incendios, así como la recuperación y restauración en las áreas afectadas con base en las especies de fauna y flora nativas de cada ecosistema.
  • Garantizar la calidad de vida de la población afectada, atendiendo los impactos en la salud y favoreciendo el desarrollo de prácticas sostenibles y resilientes a nivel local.

3. Sobre las políticas públicas.

  • Revisar las políticas y normas públicas de cada uno de los países que contradicen los acuerdos internacionales, tales como las Convenciones de Diversidad Biológica, Cambio Climático, Desertificación y Sequías, entre otras, y frenan el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible; consolidando más bien un modelo extractivista en desmedro del patrimonio natural y de la producción y consumo responsables.
  • Fortalecer las medidas de protección, para asegurar la salvaguarda de las áreas que no han sido afectadas por estos graves incendios.
  • Asegurar el cumplimiento de normativas existentes que procuran mantener una gestión sustentable de los sistemas productivos, respetando la protección de los bosques y desalentando prácticas insostenibles.
  • Garantizar condiciones de vida de la población, atendiendo a los impactos en la salud y su bienestar general.
  • Detener los ataques contra los defensores de los derechos humanos y ambientales, así como hacer cumplir las leyes que los protegen en el desarrollo de sus actividades por el bien común.

Desde el Comité Sudamericano de la UICN rechazamos las acusaciones sin pruebas ni fundamentos que han realizado algunos gobiernos a las organizaciones ambientalistas, vinculándolas con la provocación de los incendios. Nuestros lazos como organizaciones de la sociedad civil son más fuertes que nunca para apoyarnos unas a otras en esta situación de emergencia.

Múltiples organizaciones miembro de UICN en Sudamérica ya nos encontramos en acción, con un impacto efectivo en el terreno, demostrando otra aproximación a la gestión territorial, donde la valoración y conservación de la naturaleza es posible y necesaria para el desarrollo sostenible.

Igualmente, reiteramos la disposición del Comité Sudamericano de UICN y sus organizaciones miembro para continuar contribuyendo desde sus capacidades técnicas y a favor de una mayor articulación entre organizaciones de la sociedad civil, científicas, organizaciones indígenas y campesinas, comunidades locales y gobiernos, para la implementación de las medidas aquí expuestas.

Comité Sudamericano de la UICN: rosanaberrini@gmail.com

Comité brasileño de la UICN: mdmoraes@conservation.org

Comité boliviano de la UICN: carmen.miranda@saviabolivia.org

Comité paraguayo de la UICN: alberto.yanosky@gmail.com

Comité peruano de la UICN: jnalvarte@aider.com.pe

«OUR FORESTS ARE DYING»

«OUR FORESTS ARE DYING»

«OUR FORESTS ARE DYING»
INTERNATIONAL MANIFESTO OF ENVIRONMENTAL ORGANIZATIONS

Faced with the environmental crisis in South America as a result of the implementation of environmentally unsustainable public policies that have severely and irreversibly affected the health of globally important ecosystems, we as civil society organizations that work to promote sustainable development, conservation of biodiversity, and the protection of human rights, make a call of attention to the leaders of the countries affected by the fires, including Brazil, Bolivia and Paraguay; to the other countries of the Amazon basin and the Plata basin and to the international community, to act in the face of the natural disasters that are occurring in the Amazon, the Dry Forests, and the Pantanal.

We declare to the world that the affected ecosystems represent an inseparable part of the invaluable natural heritage of humanity due to their contribution in the mitigation of climate change and the provision of international public goods such as water and food security. These ecosystems are also home to at least 400 indigenous peoples and 34 million inhabitants. Only the Amazon, with about 6.7 million km2, represents the largest tropical forest area in the world and houses at least 10% of the planet’s biodiversity, if we add to this the unique character and extent of the Chiquitano Dry Forest, the Gran Chaco and the Pantanal, the largest wetland in the world, we are talking about an affectation to a large territory of our continent.

We are obliged to tell the international community that the impacts of forest fires do not only affect our region, but also have a direct impact on the global climate. The leaders of our countries have a high responsibility to ensure the development and well-being of citizens, effectively protecting a healthy environment as a fundamental foundation for achieving sustainable development. The current policies of Bolivia and Brazil are promoting the extension of the agricultural frontier and with this they have increased the rates of deforestation of the forests in the Amazon basin and the Paraguay-Plata basin, this added to the climate situation of the planet, have caused historical fires for the region.

In Bolivia alone, fires have affected half a million hectares, in Brazil there have been more than 70,000 sources of fire that is 83% higher than in the same period of 2018. Each hectare of forest that is lost could be affecting 625 mm3 of water per year. Not to mention the cloud of pollution and the levels of CO2 released into the atmosphere. Given these facts we join the voices of millions of citizens in the world and ask our leaders:

  1. That the national governments of Brazil, Bolivia and Paraguay access international aid to immediately control the fires present in their territories.This is an immediate action to prevent the expansion of fire and its impacts from continuing.
  2. That subsequent measures be taken to restore environmental damage and public health.Urgent issues are medical assistance to the population of the region, veterinary assistance and rescue of wild animals, evaluation and remediation of current damage to water sources, prevention of ash pollution in the Amazon basin, and reinforcement of management measures and restoration of protected areas affected.
  3. That the governments of Brazil, Bolivia and Paraguay review their current policies that incentivize deforestation and unsustainable productive practices. We demand from governments that incentives and policies be directed to land use according to their potential, which implies the implementation of better technologies for production, the recovery of degraded lands, research and monitoring to increase the productivity of soils on land suitable for production. On the other hand, incentives should be generated to keep the forest standing, promoting its sustainable use, with effective control measures and the least possible bureaucracy.

Only a consistent and coordinated action between the different sectors that build a country for a good present and a better future, can generate the well-being that we all yearn for society and the planet in general. In this sense, the undersigned express full availability and willingness to contribute with the short and long term solutions that allow our society and future generations, to have a full and sustainable development.

August 2019

 

“NUESTROS BOSQUES SE NOS MUEREN”

“NUESTROS BOSQUES SE NOS MUEREN”

“NUESTROS BOSQUES SE NOS MUEREN”
MANIFIESTO INTERNACIONAL DE LAS ORGANIZACIONES MEDIOAMBIENTALES
 
Frente a la crisis ambiental en Sudamérica como consecuencia de la implementación de políticas públicas ambientalmente insostenibles que han afectado severa e irreversiblemente la salud de ecosistemas de importancia mundial, las organizaciones de la sociedad civil que trabajamos en la promoción del desarrollo sostenible, la conservación de la biodiversidad y el resguardo de los derechos humanos, hacemos un llamado de atención a los gobernantes de los países afectados por los incendios, entre ellos Brasil, Bolivia y Paraguay; a los demás países de la cuenca amazónica y la cuenca del Plata y a la comunidad internacional, para actuar ante los desastres naturales que están ocurriendo en la Amazonia, los Bosques Secos y el Pantanal.
 
Manifestamos al mundo que los ecosistemas afectados representan parte inseparable del patrimonio natural invaluable de la humanidad debido a su contribución en la mitigación del cambio climático y la provisión de bienes públicos internacionales como el agua y la seguridad alimentaria. Estos ecosistemas, también son el hogar de al menos 400 pueblos indígenas y 34 millones de habitantes. Sólo la Amazonia, con cerca de 6.7 millones de km2, representa la extensión de bosque tropical más grande del mundo y alberga al menos el 10% de la biodiversidad del planeta, si a esto sumamos el carácter único y extensión del Bosque Seco Chiquitano, el Gran Chaco y el Pantanal como el humedal más grande del mundo, estamos hablando de una afectación a un extenso territorio de nuestro continente. Nos vemos en la obligación de decirle a la comunidad internacional que los impactos de los incendios forestales no afectan únicamente a nuestra región, sino que, tienen un impacto directo sobre el clima global. Los gobernantes de nuestros países tienen una alta responsabilidad de asegurar el desarrollo y el bienestar de los ciudadanos, protegiendo efectivamente un medio ambiente sano como cimento fundamental para alcanzar un desarrollo sostenible. Las políticas actuales de Bolivia y Brasil están promoviendo ampliación de la frontera agropecuaria y con ello han incrementado las tasas de deforestación de los bosques en la cuenca amazónica y de la cuenca Paraguay-Plata, esto sumado a la situación climática del planeta, han provocado incendios históricos para la región.
 
Sólo en Bolivia, los incendios han afectado medio millón de hectáreas, en Brasil se han registrado más de 70.000 focos de incendios que es un 83 % superior al del mismo período de 2018. Cada hectárea de bosque que se pierde podría estar afectando a 625 mm3 de agua al año. Sin hablar de la nube de contaminación y los niveles de CO2liberados a la atmósfera. Ante estos hechos nos sumamos a las voces de millones de ciudadanos en el mundo y solicitamos a nuestros gobernantes:

  1. Que los gobiernos nacionales de Brasil, Bolivia y Paraguay accedan a la ayuda internacional para controlar de manera inmediata los incendios presentes en sus territorios. Esta es una acción inmediata para evitar que continúe la expansión del fuego y sus impactos.
  2. Que se tomen medidas posteriores de restauración del daño medioambiental y en la salud pública. Son temas urgentes la asistencia médica a la población de la región, la asistencia veterinaria y rescate de los animales silvestres, la evaluación y remediación de los daños actuales sobre las fuentes de agua, la prevención de la contaminación por cenizas en la cuenca amazónica y el refuerzo de las medidas de gestión y restauración de áreas protegidas afectadas.
3. Que los gobiernos de Brasil, Bolivia y Paraguay revisen sus políticas actuales de incentivo a la deforestación y prácticas productivas insostenibles. Demandamos a los gobiernos que los incentivos y políticas estén direccionadas al uso del suelo de acuerdo a sus potencialidades, esto implica, la implementación de mejores tecnologías para la producción, la recuperación de tierras degradadas, la investigación y el monitoreo para incrementar la productividad de los suelos en tierras aptas para la producción. Por otro lado, se deben generar incentivos para mantener el bosque en pie, promoviendo su uso sostenible, con medidas de control efectivas y la menor burocracia posible.
 
Sólo un accionar consecuente y coordinado entre los diferentes sectores que construyen un país para un buen presente y un mejor futuro, podrá generar el bienestar que todos anhelamos para la sociedad y el planeta en general. En este sentido, los abajo firmantes manifestamos plena disponibilidad y predisposición a contribuir con las soluciones de corto y largo plazo que permitan a nuestra sociedad y a las generaciones futuras, a contar con un desarrollo pleno y sostenible.
 
Agosto de 2019
Incendios en la Chiquitania

Incendios en la Chiquitania

Incendios en la Chiquitania

El Bosque Seco Chiquitano, el bosque seco tropical más grande y aún mejor conservado de Sudamérica y uno de los pocos en el mundo, se encuentra casi en su totalidad en Bolivia, y la mayor parte en el departamento de Santa Cruz; departamento autodenominado el motor económico del país. Por sus valores naturales, culturales y su potencial económico como fuente de maderas de alto valor comercial, debe ser manejado de manera responsable y sustentable.

En el Bosque Seco Chiquitano se evidencia un patrón muy fuerte de recurrencia de fuego en áreas antrópicas, ya que su uso en la agricultura y la ganadería es una práctica común que utilizan los productores para limpiar sus áreas de cultivo o renovar sus pasturas.

El Bosque Seco Chiquitano no ha evolucionado con el fuego. Son muy pocas las especies vegetales adaptadas a las quemas y probablemente a lo largo de su historia evolutiva los incendios naturales ocasionales pudieron contribuir en mantener la heterogeneidad del bosque, al quemar sólo pequeñas fracciones que permita la regeneración local de las especies. Pero como ecosistema, es altamente sensible y vulnerable a los incendios recurrentes y extensivos.

Por lo tanto, el fuego es hoy, sin duda una de las más grandes amenazas y de mayor daño sobre el Bosque Seco Chiquitano y está claramente vinculado a las actividades humanas. Hay años en que el fuego es más crítico debido a los factores climáticos (sequía más intensa y prolongada) y otros años más benignos en los cuales, al haber pocos incendios de la vegetación, las acciones de prevención y control surten efecto. Según el Observatorio de FCBC, entre el 2000 y 2018, el promedio de quemas en la ecorregión, en la parte de Bolivia, fue de 290 mil ha/año, siendo los años donde se produjeron más quemas e incendios el 2010 seguido por el 2002 y 2008.

Pero este año la situación se ha exacerbado y las causas son múltiples.

Los factores directos e indirectos que potenciaron los incendios en la Chiquitania:

  • Un año de extrema sequía y altas temperaturas. Los registros a nivel global indican que 2019 llegará a ser el año más caliente desde que se tienen datos. Si bien el período de déficit hídrico es la condición determinante de la ecología del bosque seco tropical, como lo es el Chiquitano, en años de mayor déficit hídrico lo torna aún más susceptible a los incendios.
  • El cambio de uso del suelo: Parte de las Tierras de Producción Forestal Permanente (TPFP-D.S. 26075) fueron convertidas a ganadería y agricultura utilizando prácticas de desmonte y “chaqueo” inadecuadas, con el fuego como medio para la renovación del pasto en predios ganaderos y/o para la habilitación de los suelos para la producción. Esto ha conducido a una mayor deforestación y a la fragmentación del bosque Chiquitano, incrementando así las probabilidades de quemas en las áreas abiertas y su potencial traspaso a los Entre 2016 y 2017, como referencia, siete municipios Chiquitanos, de 25 municipios que concentran el 78% de la deforestación en Bolivia, registraron más de 130.000 hectáreas deforestadas, entre los cuales se encuentran San José de Chiquitos, San Ignacio de Velasco y Concepción. Según el Observatorio del Bosque Seco Chiquitano de FCBC/ECCOS, entre 1986 y 2016 se deforestó 1.1 millones de hectáreas de este bosque en la parte boliviana. De continuar esta tendencia de ocupación actual, se estima una pérdida adicional de otras 4.4 millones ha para el 2040. Lo que llevaría que al 2040 la mitad del Bosque Seco Chiquitano desaparecerá bajo la acción humana.
  • La aplicación de la Ley Nº 741 del 29 de septiembre de 2015, la cual amplía el desmonte de 5 a 20 hectáreas en “tierras con cobertura boscosa aptas para diversos usos y en tierras de producción forestal permanente”, lo que ha multiplicado la superficie de clareos del bosque y ha aumentado las probabilidades de quemas, ya sean autorizadas por ABT o ilegales, en toda la región. Considerando, por ejemplo, que 40 mil colonos campesinos constituyen nuevos beneficiarios con dotación de tierras por parte del INRA en la Chiquitania, con una asignación máxima de 50 ha/beneficiario y con la posibilidad de llevar a cabo 20 hectáreas de desmonte sin autorización de ABT, en aplicación de esta ley se llegará a deforestar entre 800 mil a 1 millón de hectáreas de Bosque Chiquitano en los próximos cinco años.
  • La aplicación del Decreto Supremo 3973 (9 de julio 2019, que modificó el Art 5 del DS 26075 del 2001) y que autoriza el desmonte y las quemas controladas inclusive en tierras de producción forestal permanente (TPFP). Este DS si bien es reciente, con seguridad ha funcionado como un “gatillo” para el desmonte, chaqueo y quemas en la Chiquitania.
  • El impulso del gobierno nacional a la producción ganadera en las tierras bajas de Bolivia. Esto ha motivado no sólo el interés de los productores locales sino también de los agroindustriales extranjeros, principalmente del Brasil, que han invertido en la producción pecuaria en la Chiquitania y especialmente en los municipios de frontera o próximos como San Ignacio de Velasco, San Matías y el Carmen Rivero Tórrez, conformando empresas de gran volumen con más de 80 mil hectáreas y 60 mil cabezas de ganado cada una de ellas. La infraestructura desarrollada en el municipio de San Ignacio de Velasco para la exportación de carne vacuna, es un claro reflejo de ello.
  • Expansión de las colonias menonitas, en los últimos 5 años se ha registrado un aumento de las colonias menonitas tanto en el norte como en el sur de la Chiquitania, impulsando claramente la deforestación y las prácticas de producción agroindustrial inadecuadas a las condiciones ecológicas de los ecosistemas tropicales secos.
  • El incremento significativo de asentamientos campesinos autorizados por el INRA en las tierras de producción forestal permanente (TPFP) tanto al norte como al este de la Chiquitania. Sólo dos ejemplos de referencia: en el municipio de San Rafael de Velasco existían en el 2004 alrededor de 16 comunidades y hoy se registran más de 80, de las cuales la mayoría son de colonización reciente. Igualmente, en el municipio de San Miguel de Velasco existían unas 34 comunidades indígenas y hoy, como resultado de la colonización, se registran más de 100. Estas nuevas comunidades requieren de la habilitación de tierras para la agricultura a costas del bosque Chiquitano.
  • La insuficiente capacidad de control de parte de las autoridades a todos los niveles, para supervisar y/o evitar los asentamientos en tierras de producción forestal permanente, en el cumplimiento de los planes de ordenamiento predial y en el respeto del Plan de Uso del Suelo del departamento de Santa Cruz asi como la falta de investigación, seguimiento y sanciones a los casos conocidos de incendios ilegales de años anteriores.
  • La aún débil capacidad de respuesta institucional (gobierno central, departamental y municipal) para hacer frente a contingencias de la magnitud de los incendios forestales, a pesar de los esfuerzos, dedicación y buena predisposición de funcionarios comprometidos con la seguridad tanto ciudadana como de defensa del patrimonio natural y del apoyo de organizaciones locales, la sociedad civil y la cooperación internacional.

Consecuencias para los bosques y la Sociedad

Las consecuencias de los fuegos intensos en la Chiquitania, sumados a la deforestación y fragmentación de los ecosistemas naturales, son las siguientes:

  1. Pérdida o daños directos a más de 40 millones de árboles con valor comercial, considerando un promedio de 80 ejemplares/hectárea en un estimado de 500 mil hectáreas afectadas por el fuego, lo que representa en términos económicos una pérdida potencial para la economía nacional de más de 1.140 millones de dólares americanos.
  2. Hay muerte directa de toda la fauna y riesgo para más de 1200 especies, de las cuales 43 son anfibios, 140 reptiles, 788 aves y 242 mamíferos. Muchas especies pueden desplazarse, pero la mayoría perece en el lugar de los incendios al ser menos móviles o quedar atrapadas entre los fuegos.
  3. Se afectan las fuentes de alimento, sitios de reproducción y de refugio para toda la fauna, por lo que al pasar la crisis de los incendios el impacto sobre la diversidad de animales será mayor y más extendida en el tiempo.
  4. Pérdida de la biodiversidad desconocida. Se asume que sólo se conoce y se tiene registro del 20% de la riqueza de especies a nivel global y considerando aún la extensión, complejidad y desconocimiento de lo que contiene el Bosque Seco Chiquitano, tanto la deforestación como el fuego conducen de manera irreversible a la degradación de su biodiversidad en una magnitud aún mayor a la que se puede registrar en base a la información de especies que actualmente se tiene.
  5. El desplazamiento de la población, la interrupción de sus medios de vida y de la asistencia escolar, el costo humano y económico del desarraigo.
  6. Las pérdidas materiales de cultivos, viviendas y de activos productivos de la agricultura familiar, comunitaria y comercial, que dificultan su recuperación
  7. Las afectaciones a la salud y seguridad humana: respiratorias y oftalmológicas y vinculadas al consumo de agua contaminada por la lixiviación de cenizas en los cursos y cuerpos hídricos, además del riesgo para las vidas humanas.
  8. Emisión de carbono a la atmósfera al liberarse dióxido de carbono (CO2) monóxido de carbono (CO), óxidos de nitrógeno (NOx) y metano (CH4), lo cual produce un impacto a escala global y el humo generado, dependiendo de la magnitud y permanencia en la atmósfera, puede reducir la actividad fotosintética de la vegetación, además de afectar a la fauna de manera directa y a la salud de las personas, con graves consecuencias especialmente niños y personas de la tercera edad.
  9. Modificación del volumen de biomasa vegetal y de la composición y estructura del bosque al destruirse la cobertura arbustiva, herbácea y parcialmente arbórea, así como la pérdida de epífitas, lianas y otras plantas que requieren el soporte de los árboles y arbustos.
  10. Alteración de los ciclos hidrológicos al reducirse la cobertura del suelo lo que conlleva mayor erosión, menor infiltración y recarga acuífera, así como la modificación en el régimen de las precipitaciones locales. La erosión conduce a mayor sedimentación en los cursos y cuerpos de agua, y podría afectar la dinámica de grandes reservorios como el Pantanal y cuencas como la del rio Paraguay Plata, la cual tiene parte de sus nacientes en el Bosque Seco Chiquitano.
  11. Contaminación y alcalinización de las aguas de las microcuencas que en el caso de la Chiquitania son la principal fuente directa de agua para el consumo humano y de los animales de producción, pero que también provocan cambios en la biodiversidad acuática con mortandad de peces y demás fauna acuática.
  12. A nivel del suelo se pierde la capa humífera, se eliminan invertebrados y hongos clave para la descomposición de la materia orgánica, se volatilizan minerales y nutrientes y todo ello hace al suelo menos fértil, afectándose el buen funcionamiento de los ciclos biogeoquímicos del Calcio, Nitrógeno, Fósforo y Potasio y reduciendo la capacidad de regeneración.
  13. El banco de semillas que se mantiene a nivel del suelo se pierde en su gran mayoría, se quema o queda expuesto a posteriores impactos de enfermedades y este banco es fundamental para los procesos de regeneración del Bosque Chiquitano, los cuales se ven significativamente afectados.

Propuestas y Recomendaciones:

Para prevenir los incendios y mejorar las expectativas de conservación del Bosque Seco Chiquitano, es necesario establecer múltiples estrategias con distintos instrumentos y acciones:

  1. Proponemos que las autoridades nacionales soliciten ayuda internacional para la contingencia de los incendios en la Chiquitania, ya que la situación crítica puede extenderse aún más en el tiempo y el daño final podría llegar a ser mucho mayor al actual.
  2. Hacer cumplir la Constitución Política del Estado: Artículo 33 “Las personas tienen derecho a un medio ambiente saludable, protegido y equilibrado. El ejercicio de este derecho debe permitir a los individuos y colectividades de las presentes y futuras generaciones, además de otros seres vivos, desarrollarse de manera normal y permanente”. Artículo 34 “Cualquier persona, a título individual o en representación de una colectividad, está facultada para ejercitar las acciones legales en defensa del derecho al medio ambiente, sin perjuicio de la obligación de las instituciones públicas de actuar de oficio frente a los atentados contra el medio ambiente”.
  3. Hacer cumplir la Ley de la Madre Tierra y especialmente el Mecanismo Conjunto de Mitigación y Adaptación al Cambio Climático basado en el Manejo Integral del Bosque, poniendo énfasis al uso sustentable de los recursos forestales maderables y no maderables.
  4. Establecer una “Pausa Ecológica” en el Bosque Seco Chiquitano y declararlo de “Importancia Nacional” para la conservación y uso sustentable de sus recursos forestales maderables y no maderables, dada su condición de fragilidad, valor como patrimonio natural del país, importancia económica, social y ambiental. Esta Pausa Ecológica permitirá evaluar los daños de los procesos de deforestación e incendios y establecer estrategias de restauración ecológica y protección.
  5. Que las autoridades nacionales, departamentales y locales respeten el Plan de Uso de Suelo (PLUS) del departamento de Santa Cruz y particularmente que las autoridades departamentales extremen esfuerzos para su cumplimiento y aplicar las sanciones y penalidades correspondientes a los infractores y/o transgresores de esta norma fundamental para el desarrollo sustentable del departamento y de la Chiquitania.
  6. Solicitar a las autoridades, especialmente al Ministerio de Agua y Medio Ambiente, la Dirección General Forestal y a la Autoridad de Bosques y Tierra (ABT), refuerce acciones para preservar las Tierras de Producción Forestal Permanente (TPFP).
  7. Solicitar al Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA) extreme los cuidados en la dotación de tierras de acuerdo al ordenamiento territorial tanto departamental como municipal, realizando las consultas necesarias a todas las instancias gubernamentales pertinentes y especialmente a los gobiernos locales.
  8. Apoyar a los gobiernos municipales de la Chiquitania en el ajuste e implementación de sus Planes Territoriales de Desarrollo Integral (PTDI) teniendo en cuenta su potencial forestal, los valores que preservan el patrimonio natural, las fuentes de captación y provisión de agua, el riesgo de sequía, inundaciones e incendios, de tal modo que los planes de ocupación del territorio sean compatibles con la zonificación establecida en base a estos criterios.
  9. Incluir en los POA de municipios y departamental un fondo para educación preventiva permanente, donde se transmita a la población las formas de manejo de fuego para uso productivo y/o doméstico, que se plantee alternativas productivas y sociales de adaptación al cambio climático y sea una fuente de educación para la salud social, donde se incluyan aspectos de reconocimiento de los servicios ecosistémicos, valoración del bosque y buenas prácticas de convivencia socio ambientalmente saludables.
  10. Fortalecer mecanismos de gobernanza territorial, como la Plataforma Chiquitania Sostenible de la Red de Bosques Modelo, los Comité de Gestión de Áreas Protegidas, la Asociación de Comités de Gestión de AP de la Chiquitania, los Comité Impulsores y de Gestión de Cuencas, entre otras, para que tengan mayor protagonismo y capacidad de incidencia en las políticas públicas correspondientes.
  11. Promover el ordenamiento territorial en comunidades y predios privados con criterios de protección de los bosques, las servidumbres ecológicas, fuentes de agua considerando el riesgo de sequía y fuego, estableciendo estrategias y planes de acción frente a la contingencia de incendios y aplicar la ley de uso y manejo racional de quemas (Ley de 25 de abril de 2019, N. 1171).
  12. Revisar y modificar las normativas vigentes a nivel nacional que incentivan la deforestación y las quemas en toda la región, especialmente la Ley 741 y el DS 3973 y los condicionantes para el cumplimiento de la Función Económica Social de los predios en los cuales se incluya la protección activa de los bosques como un criterio para su reconocimiento y valoración.
  13. Establecer un programa regional para la restauración del paisaje forestal que debe estar enfocado con las especies originarias del Bosque Chiquitano, excluyendo el uso de especies exóticas y canalizar recursos económicos para su implementación, haciendo notar que los costos para la prevención son significativamente menores que los costos de restauración.
  14. Generar mayor conciencia pública de los valores del Bosque Seco Chiquitano como fuente de desarrollo sustentable y adaptación al Cambio Climático de la región y del país.

Fundación para la Conservación del Bosque Chiquitano
Agosto 2019